TOPICO | REPARACION |
TIEMPO APROXIMADO | 45 MINUTOS |
AUDIENCIA | Alumnos curso de Patología General, 2º año, Fac. Odontología, U Mayor |
INSTRUCTOR | Dr. Benjamín Martínez R. |
En general, la regeneración, significa un reemplazo del tejido lesionado por tejidos que cumplan la misma función. Esta capacidad es variable, para diferentes tipos de células y también en diferentes especies animales (por ejemplo, una lombriz, si se parte en dos, da orígen a dos lombrices). En el hombre esta capacidad está limitada. Las células lábiles tienen una vida corta y se multiplican constantemente como en los epitelios de revestimiento, y las células de la médula ósea hematopoyética. Otras células tienen poca capacidad de multiplicarse, como los hepatocitos, células del páncreas y túbulos renales, y se conocen como células estables. Otras no tienen ninguna capacidad de multiplicarse, como las neuronas, y son células permanentes.
La capacidad de las células para empezar a multiplicarse y regenerar un tejido se debería a dos factores: al aumento de RNA en forma local, debido a la muerte celular que se ha producido, que deja este RNA libre y serviría como base para la nueva síntesis de DNA. Y también que debido a la muerte celular se pierden las chalonas o se estimulan factores de crecimiento, las células vecinas tratarían de formarlas para suplirlas. Las chalonas son proteínas, hoy conocidas como factores de crecimiento, que están en las membranas celulares e inhiben las mitosis, cuando están en condiciones normales. Además el crecimiento celular es estimulado por la formación de diversos factores de crecimiento, que en distintos tejidos se pueden formar ante diversos estímulos, tales como el factor de crecimiento epidérmico, factor de angiogénesis, etc.
Para entender el proceso de la reparación (término con el que incluímos tanto la regeneración como la cicatrización), veamos lo que ocurre al hacerse una herida en la piel. Primero hay hemorragia que formará un coágulo, en éste a través de la malla de fibrina llegan los leucocitos para fagocitar los detritos y en el tejido vecino se observarán signos histológicos propios de una inflamación aguda. Con los días, el coágulo se reseca y forma una costra que protege el tejido. Mientras tanto los macrófagos y PMN han eliminado detritos y empiezan a eliminar la costra; simultáneamente han aparecido numerosos brotes de capilares desde los vasos sanguíneos periféricos (estimulados por el factor de angiogénesis, producido por los macrófagos), que sangran fácilmente, probablemente por estar constituídos por paredes delgadas (una célula endotelial). También en este tejido, que ahora llamamos tejido de granulación, por su aspecto granuloso dado por los brotes de capilares, aparecen fibrobastos que inician la formación de colágeno y sustancia fundamental, que a medida que aumentan provocan el remodelamiento vascular y estrechamiento de sus lúmenes. El proceso significa un reemplazo del coágulo por este tejido de granulación, a esto suele denominársele organización.
Hoy en día se han demostrado diferentes factores de crecimiento importantes en la reparación de distintos tejidos, en la referencia de Martin, 1997, encuentra una buen actualización.
En el primer caso hay poca destrucción de tejido y prácticamente ha habido pérdida exclusivamente de epitelio y de pequeñas zonas del corion, o dermis papilar en el caso de tratarse de heridas de piel. También puede ser la incisión de un cirujano, en que al suturar deja todos los planos unidos entre sí: músculo con músculo, tejido adiposo con tejido adiposo, etc., lo cual producirá una regeneración de dichos tejidos.
En la reparación por segunda intención ha habido gran destrucción de tejido y el tejido de granulación que se forma es reemplazado lentamente por tejido fibroso, que persistirá como cicatriz.
La reparación además, depende de otros factores generales y locales. Entre los primeros: la edad, se dice que es mejor la reparación en jóvenes que en ancianos; la nutrición, en especial se conoce que la falta de vitamina C produce falla en el colágeno; alteraciones hematológicas, como la agranulocitosis, fallas de la coagulación; inmunodeficiencias impiden o retardan la regeneración, enfermedades sistémicas tales como diabetes, etc. Otros factores como hormonales, como el exceso de estrógeno pueden producir reacciones exageradas.
Los factores locales más importantes son: aporte sanguíneo se sabe que en enfermedades vasculares localizadas la reparación es más lenta (por ejemplo, un paciente con várices en la pierna, que presenta una úlcera, en la misma zona); el movimiento, entre mayor sea éste, peor es la reparación; igualmente la falta de coaptación de los bordes, y la presencia de cuerpos extraños o infección en la herida retardarán su reparación.
Fibrosis y calcificación de válvula.
3.- ¿Qué diferencias
existe
entre reparación por primera y segunda intención?
Regeneración epitelial
El epitelio en la piel, se genera en
una
herida quirúrgica aséptica rápidamente: en 48
horas
cubre toda la herida; posteriormente continúa un proceso de
engrosamiento
de la epidermis. Para que esto se efectúe las células
basales
epiteliales deben migrar, proliferar y diferenciarse. La capacidad de
migrar
se debe al citoesqueleto, contracción de los filamentos
citoplasmáticos,
especialmente de actina. En cuanto a proliferar, se cree que el
estímulo
sea dado por las chalonas, hoy en día conocido como factores de
crecimiento epidérmico. También podrían actuar
mecanismos
de inhibición por contacto en el cual cuando las células
de cada lado llegan a contactarse terminan de multiplicarse, y lo
empezarían
cuando no están en contacto.
El epitelio respiratorio e intestinal tiene buena capacidad de reparación, igualmente el de las mucosas oral, esofágica, laríngea. El tejido hepático y renal tiene capacidad reparativa variable. En el hígado se conoce que la extirpación de 3/4 partes (en animales de experimentación), es seguida por una rápida reparación. En el humano se conoce que la hepatitis viral, que produce necrosis por zonas, se acompa&ntildéa de una buena reparación, en ni&ntildéos, por ejemplo en la hepatitis A, no así en el adulto con la hepatitis B. También en la cirrosis hepática del alcohólico al haber destrucción de la trama de fibras reticulares y menor aporte sanguíneo, no se produce una reparación sino un reemplazo por tejido fibroso cicatrizal.
En el riñón, los glomérulos no tiene capacidad reparativa, y son reemplazados por tejido fibrosos que se hialiniza, proceso que ocurre en glomerulonefritis necrotizante. Sin embargo, en necrosis aguda de los túbulos hay una buena reparación de éstos.
3.- La reparación del hígado y riñón depende de :
Las neuronas como ya ha sido se&ntildéalado son células perennes, sin capacidad de multiplicarse. Por lo tanto, cuando se produce su necrosis son reemplazadas por el tejido de sostén del SNC (o sea por la glia: astrocitos, oligodendrocitos y microglia). Después de la muerte de la neurona continúa su degeneración y la del axón. Las células de la glía fagocitan estos detritos celulares y proliferan. Si la necrosis en el cerebro, o cuerda espinal, es de proporciones, se forma una cavidad que se llena de un líquido amarillento aceitoso, rodeada por los astrocitos los que producen fibrillas que pueden llegar a constituir una cicatriz fibrosa. Este proceso se llama gliosis, y ocurre generalmente en casos de infarto cerebral.
Es diferente en los nervios periféricos. Después de seccionarse una fibra nerviosa hay una degeneración Walleriana, el axón distal a la injuria, sufre desintegración de su vaina, que es fagocitada como gotas lipídicas. Posteriormente las células de la vaina de Schwann proliferan formando cordones. si este da&ntildéo está cerca a la neurona, puede haber cromatolisis y muerte celular. Generalmente, la neurona no presenta un da&ntildéo irreversible y hay proliferación de neurofillas del axón que entre más cerca está al extremo distal más rápido va a ser encontrado y poder reunirse células de Schwann de ambos extremos. En condiciones ideales se habrá formado una unión con reparación de la vaina de mielina y un nuevo perineurio. Esta reparación depende fundamentalmente de la separación existente entre los cabos; se sabe que las neurofibrillas crecen 3 mm diarios. A veces esta separación es muy grande y la proliferación de neurofibrillas y células de Schwann forman un nódulo doloroso llamado "Neuroma traumático".
Reparación del Tejido Muscular
El músculo estriado y liso, tiene poca capacidad reparaiva sólo hay generalmente un reemplazo por cicatriz fibrosa. Así ocurre después de un infarto del miocardio, la necrosis del músculo es finalmente reemplazada por cicatriz fibrosa.
A veces cuando hay injuria por toxinas bacterianas, se produce en el músculo esquelítico la degeneración de Zenker, en que hay necrosis de fibras musculares individualmente, y a partir de brotes como yemas puede haber regeneración del sarcoplasma, con restitución de la continuidad del músculo. En operaciones al intestino (delgado o grueso), en que se compromete músculo liso, se sabe que hay una reparación por tejido fibroso, en que la función no queda alterada. Igualmente ocurre al suturar un músculo estriado esquelético.
De acuerdo a Israel la reparación post-fractura puede dividirse en 3 fases arbitrarias:
Reparación del alvéolo post-extracción dentaria
Esta es parecida a la reparación de una fractura, salvo que el periostio no tiene ningún rol. Inicialmente después de la extracción de una pieza dentaria se forma un coágulo, al cual llegan brotes vasculares y células inflamatorias desde los espacios medulares. Posteriormente este tejido de granulación es reemplazado por hueso trabecular laminillar. Debido a que el reborde alveolar cuando ya no tiene piezas dentarias y estas no han sido reemplazadas, ya no tiene funciones que cumplir sufre fenómenos de remodelamiento marcado y a la larga encontraremos un reborde atrofiado, malo para la retención de prósis.
Si en los primeros días, el coágulo se pierde e infecta se formará un alvéolo seco, el cual es muy doloroso debido a la necrosis del hueso. Existen diversas razones por las cuales puede producirse esta complicación de la extracción dentaria, entre ellas un aumento de la actividad fibrinolítica.
2.- Es ideal que antes de la formación de hueso en la fractura se elimine el hueso necrótico y las espículas óseas que puedan estar presentes.
Fig. 3a. Alvéolo
tres días después de la extracción dentaria,
realizada
con forceps.
(Muestras corresponden a
alvéolos dentarios de monos rhesus).
Fig. 3b. Reparación
del alvéolo a las 4 semanas, se observa ya trabeculado
óseo
esponjoso.
Fig. 3c. A las 8 semanas,
crestas alveolares ya están remodeladas, note su aspecto
redondeado,
y el alveolo presenta mucho mayor formación de hueso esponojo.
Fig. 3a, b y c. (Estas tres microfotografías fueron tomadas de: Simpson HE, The Healing of extraction wounds. Brit Dent J. 1969; 126:550-557. Es difícil conseguir imágenes histológicas del proceso de reparación del alvéolo dentario en seres humanos).